Genética alimentaria y producción animal: pilares invisibles de la seguridad alimentaria
La inocuidad alimentaria no comienza en la cocina ni en el supermercado, sino en el origen mismo de los alimentos: en los laboratorios de genética, en los hatos ganaderos y en los sistemas de cría y producción animal. Este 7 de junio, en el marco del Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria, es momento de hablar de cómo la tecnología genética y la sanidad animal son claves para garantizar alimentos seguros.
¿Qué papel juega la genética en la inocuidad?
La genética alimentaria busca mejorar las características de plantas y animales para hacerlos más resistentes a enfermedades, más eficientes en su crecimiento y, en muchos casos, más seguros para el consumo humano.
En el caso de la producción animal, la selección genética permite:
* Criar animales con menor susceptibilidad a infecciones
* Disminuir el uso de antibióticos y fármacos (lo que reduce residuos químicos en carne, leche y huevos)
* Mejorar la calidad de la carne en términos microbiológicos y nutricionales
*Controlar enfermedades transmisibles al ser humano (como brucelosis, tuberculosis, triquinosis)

Bioseguridad y bienestar animal: inseparables de la inocuidad
En granjas, rastros y centros de procesamiento, la higiene y las buenas prácticas de manejo son determinantes. Un sistema de producción inocuo requiere:
✅ Agua limpia y alimento seguro para el ganado
✅ Programas de vacunación y control sanitario
✅ Ambientes libres de estrés para los animales (el estrés favorece infecciones)
✅ Monitoreo constante de enfermedades zoonóticas
✅ Evitar el uso indiscriminado de hormonas o promotores de crecimiento sin regulación

¿Qué dice la ciencia?
Según la FAO, las mejoras genéticas y la bioseguridad en la producción animal pueden reducir hasta en un 60% la presencia de patógenos alimentarios comunes, como Salmonella y Campylobacter. Además, contribuyen a la sostenibilidad al reducir el impacto ambiental de la ganadería intensiva.
Conclusión
La inocuidad no solo se garantiza con limpieza, sino con ciencia, control y responsabilidad desde la producción primaria. La genética, la sanidad animal y el bienestar del ganado son los guardianes silenciosos de lo que llega a nuestra mesa.